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Juicio rápido

El juicio rápido es un procedimiento penal diseñado para enjuiciar delitos menos graves y flagrantes de manera ágil y eficiente. Estos delitos son aquellos castigados con penas de hasta 5 años de prisión o sanciones alternativas, como multas, inhabilitaciones, prohibición de aproximarse a la víctima o de comunicarse con ella, entre otras.

1. ¿Qué delitos se enjuician por la vía del juicio rápido?

Los delitos menos graves y flagrantes son aquellos que, por su naturaleza y gravedad, permiten un tratamiento más expedito dentro del sistema judicial. Algunos ejemplos de delitos que pueden ser juzgados mediante juicio rápido son:

  • Delitos contra la seguridad vial, como conducir bajo los efectos del alcohol o drogas.
  • Delitos de violencia de género o doméstica.
  • Delitos de hurto o robo en flagrancia.
  • Delitos de lesiones leves o amenazas.

Este tipo de delitos, al ser detectados de manera flagrante, permiten que el proceso judicial avance rápidamente para evitar dilaciones innecesarias.

2. Fases del juicio rápido

El juicio rápido consta de varias fases clave que aseguran que el procedimiento sea eficiente sin perder las garantías procesales necesarias:

  • Fase de instrucción concentrada: Tras la detención del presunto autor de los hechos, se inicia una fase de instrucción ante el juez de guardia. Esta fase es breve y está diseñada para concentrar las pruebas y declaraciones necesarias en poco tiempo.
  • Decisión de conformidad: Durante esta fase, si el autor de los hechos admite su culpabilidad y se muestra conforme con los hechos que se le imputan, el juez puede dictar sentencia en ese mismo momento.
  • Juicio en el Juzgado de lo Penal: Si el acusado no está conforme con los hechos o decide no admitirlos, el proceso se traslada al Juzgado de lo Penal, donde se celebrará un juicio en un plazo máximo de 15 días desde la finalización de la fase de instrucción.

3. Penas y sentencias en los juicios rápidos

En un juicio rápido, las penas que puede imponer el juez incluyen:

  • Prisión: En delitos más graves, la pena de prisión puede alcanzar hasta 5 años.
  • Multas: En delitos menos graves, el juez puede imponer una multa económica en función de la gravedad del delito y las circunstancias del autor.
  • Inhabilitación: En delitos relacionados con la seguridad vial, se puede imponer la inhabilitación para conducir vehículos a motor durante un periodo determinado.
  • Prohibición de aproximarse a la víctima: En casos de violencia o amenazas, el juez puede imponer la prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima.

4. La importancia de contar con un abogado

La intervención de un abogado especializado en derecho penal es fundamental en los juicios rápidos, desde la fase de instrucción hasta la posible celebración del juicio. Un abogado te ayudará a entender los cargos que se te imputan, a evaluar las pruebas presentadas, y a tomar decisiones estratégicas que puedan influir en el resultado del juicio.

En caso de conformidad, un abogado puede negociar para obtener una reducción de la pena, mientras que si se opta por celebrar el juicio, será fundamental para defender tus derechos y garantizar un proceso justo.

5. Nosotros te acompañamos en todo el proceso

En un procedimiento tan ágil como el del juicio rápido, el tiempo es esencial. En nuestro despacho, te acompañamos desde el momento de la detención o imputación, guiándote a través de cada fase del proceso. Te asesoramos sobre las mejores opciones, ya sea para alcanzar una conformidad favorable o para llevar tu defensa hasta el juicio ante el Juzgado de lo Penal.

Nuestra prioridad es proteger tus derechos y brindarte la representación legal que necesitas en cada paso del camino.

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