Procedimiento ordinario

El procedimiento ordinario es el mecanismo procesal que se utiliza para juzgar los delitos más graves, es decir, aquellos castigados con penas de prisión superiores a 9 años. Este procedimiento sigue tres fases principales que estructuran su tramitación, desde la investigación de los hechos hasta la celebración del juicio oral.

1. Fase de instrucción o sumarial

La primera fase del procedimiento ordinario es la de instrucción o sumarial, que se lleva a cabo en el juzgado de instrucción o en el juzgado de violencia sobre la mujer en los casos de violencia de género. Durante esta fase, se investigan los hechos delictivos y la posible responsabilidad de las personas involucradas.

Esta fase tiene como objetivo recopilar pruebas y determinar si existen indicios suficientes para procesar a los presuntos responsables. Al finalizar la instrucción, el juez puede tomar una de dos decisiones:

• Archivo de las actuaciones: Si se considera que no hay suficientes pruebas o que los hechos no constituyen un delito, se dictará un auto de archivo y el caso quedará cerrado.
• Auto de procesamiento: Si el juez encuentra indicios racionales de criminalidad, dictará un auto de procesamiento, imputando formalmente a la persona presuntamente responsable de los hechos investigados. A partir de este momento, el imputado adquiere la condición de procesado.

2. Fase intermedia

La fase intermedia tiene como objetivo confirmar o revocar el auto de procesamiento. En caso de que se confirme, se dicta un auto de apertura del juicio oral. Esta fase es clave para que las partes preparen sus argumentos de cara al juicio. Durante la fase intermedia:

• Las partes acusadoras, como el Ministerio Fiscal y, en su caso, la acusación particular, presentarán sus escritos de calificación, donde indicarán la pena que solicitan (pretensión punitiva) y la compensación económica en caso de que haya daños (pretensión civil).
• La defensa del procesado presentará su escrito de defensa, en el que puede solicitar la absolución o la reducción de las penas, dependiendo de las pruebas que se presenten y la estrategia de defensa.
• Ambas partes también incluirán los medios de prueba que utilizarán en el juicio oral, como testigos, peritos o documentos relevantes.

3. El juicio oral

El juicio oral es la fase final del procedimiento ordinario y tiene lugar ante el tribunal competente, que puede ser el Juzgado de lo Penal para delitos menos graves o la Audiencia Provincial para delitos más graves.

Durante el juicio oral, se celebra la vista pública, donde ambas partes presentan sus pruebas y alegan sus argumentos ante el tribunal. Se interrogan testigos, se valoran los documentos y se escuchan las declaraciones del procesado, si este decide declarar.

El tribunal, tras valorar todas las pruebas y argumentos, dictará una sentencia que puede ser condenatoria o absolutoria, dependiendo de la solidez de las pruebas presentadas y la defensa realizada.