Separación de Bienes. Capitulaciones Matrimoniales

Cuando una pareja contrae matrimonio, es importante entender el régimen económico bajo el cual se regirá su unión. En España, la mayoría de los matrimonios se realizan bajo el régimen de gananciales. Esto significa que los bienes adquiridos y las rentas generadas durante el matrimonio, por cualquiera de los cónyuges, se consideran parte de una sociedad de gananciales. En otras palabras, los dos cónyuges tienen derecho a la mitad de los ingresos y bienes obtenidos durante el matrimonio, sin importar quién los haya generado o adquirido.

1. Régimen de gananciales

El régimen de gananciales es el sistema por defecto en muchas comunidades autónomas de España, a menos que los cónyuges elijan lo contrario a través de capitulaciones matrimoniales. Bajo este régimen, ambos cónyuges participan equitativamente en los frutos y rentas generadas por el matrimonio. Esto incluye:

• Los salarios o ingresos de cualquier tipo que ambos cónyuges obtengan durante el matrimonio.
• Los bienes adquiridos conjuntamente o individualmente mientras dure la unión.
• Cualquier ingreso o bien derivado de actividades o inversiones realizadas durante el matrimonio.

No obstante, este régimen también implica que, en caso de separación o divorcio, los bienes y deudas se reparten al 50%, lo que puede generar conflictos si no se han establecido acuerdos previos o existe una disparidad significativa en los ingresos de ambos cónyuges.

2. ¿Qué son las capitulaciones matrimoniales?

Las capitulaciones matrimoniales son un contrato firmado por los cónyuges antes o después del matrimonio en el que se establece el régimen económico matrimonial. Este acuerdo permite a los cónyuges modificar el régimen de gananciales por el de separación de bienes, o viceversa, dependiendo de lo que consideren más beneficioso para su situación particular.

Las capitulaciones matrimoniales pueden otorgarse en cualquier momento, tanto antes de contraer matrimonio como una vez casados. Esto ofrece flexibilidad a las parejas que, con el tiempo, desean cambiar las reglas económicas que gobiernan su unión debido a cambios en su situación financiera o personal.

3. Separación de bienes

En el régimen de separación de bienes, cada cónyuge mantiene la propiedad exclusiva de los bienes que poseía antes del matrimonio, así como de los que adquiera durante la relación. Esto significa que:

• Cada cónyuge es propietario de su salario y de los bienes que adquiera con dicho salario.
• Los bienes inmuebles o muebles comprados durante el matrimonio por uno de los cónyuges son de su propiedad exclusiva, salvo que ambos acuerden lo contrario.
• En caso de separación o divorcio, no se produce una división automática de los bienes, ya que cada cónyuge es titular de lo que ha adquirido individualmente.

Este régimen ofrece una mayor independencia económica a cada cónyuge y puede ser particularmente útil en situaciones donde uno de los cónyuges tenga un patrimonio previo considerable, o cuando ambos tienen ingresos significativos y desean mantener sus finanzas separadas.